Agur Eulogio

A finales de este mayo de 2018 se nos ha ido Eulogio. Nuestro primo tenía 84 años. Como nos recordó Juan Mari en el funeral, Eulogio era un hombre sencillo pero inquieto y curioso; se había adaptado a algunas limitaciones físicas, la amputación, en accidente de trabajo, de los de los dedos de la mano derecha. En los últimos años estaba en tratamiento de diálisis, que se tomaba con el mejor de los espíritus, decía que cada dos días tenía que ir a echarse una siesta el hospital.

Su sencillez le situaba, en las animadas primadas, como oyente de lo que se hablaba, varios a la vez, como es normal en un ambiente sin formalismos. Así, cuando algunos de nosotros contábamos nuestros viajes a lugares cercanos y le preguntábamos si había hecho algún viaje, nos dejaba boquiabiertos, nos hablaba del último, siempre reciente, a algunos países lejanos de otros continentes. Si le hacíamos hablar nos podía contar muchos detalles de la vida allí. En su apartamento tenía un mapamundi, con una marca en los países que había visitado, nunca recuerdo si eran 96 o 98.

Esos viajes demuestran su inquietud y curiosidad sobre cómo se vivía y pensaba en otros lugares. Era una de sus ilusiones, ver otros paisajes, gentes, culturas y apreciar la vida lejos de aquí. Recuerdo que un día de verano me lo encontré, ya tenía el diagnóstico y los planes para empezar el t tratamiento de diálisis, pero el médico le dio la buena noticia que se lo podían retrasar unas semanas. Me contó que iba directo a la agencia de viajes habitual y que se apuntaría a lo que le ofrecieran. No se adonde fue, pero fue.

De todos los viajes ha dejado evidencia en una amplia colección de películas grabadas con su cámara de video. Su compañera de viaje.

La labranza, que le tocaba por ser el hijo mayor, no le llamó. Estudio la Formación Profesional de aquellos años y llegó a ser socio de una pequeña empresa de mecanizaciones. A pesar de su accidente siguió trabajando como supervisor. Se jubiló relativamente pronto y como nos cuenta en algún video de este blog, salió el primer día a la Virgen Blanca y vio a los jubilados tomando el sol, sin hacer nada. Se dijo, esto no es para mí.

Ahí empezó a investigar sobre nuestra familia y su pueblo. Nos ofreció árboles genealógicos, copias de escudo familiar y toda una historia sobre Zerio. Con una vieja máquina de escribir y sus limitadas manos escribió “Zerio, así es un pueblo”, varios cientos de años de la vida de Zerio, de sus casas, una a una; de sus costumbres; su forma de hablar, etc. En este blog iremos publicando algunos pasajes para que lo podáis disfrutar.

Agur Eulogio, nuestro primo sencillo, inquieto, curioso y generoso.

 

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